Escogete!
- Mijael Ask
- Jun 3, 2024
- 2 min read
Esta es la descripción del mundo interior de una persona
desconectada de su misión.
La atracción externa lo jala con su imagen alterna, la aprobación de la gente vuelve loca su mente.
La atención es la que le genera gratificación. Sus emociones están ancladas y esparcidas por todas las esquinas,
su deseo está confundido, ya que su corazón está hundido, ahogado en la capa superficial del mundo comercial.
Sus ojos son su propia dictadura y por eso camina en la oscura locura. Ve y anhela sin cautela, se avienta a donde su corazón le orienta.
Realmente ni está consciente de su enfermedad y por eso vive sin autoridad. No tiene autoridad en su realidad,
ya que su humanidad está en exilio en su mentalidad. Sueña con que la materia le regrese su totalidad y
cree que la productividad se basa en acumular y para él, ser exitoso significa ser orgulloso y poderoso.
Entrega su confianza en la tecnología como si le arreglara la vida.
Aunque esta persona perdió su identidad, siempre está presente la posibilidad. Realmente no existe mal en él, sino que cayó en una confusión que le generó esta ilusión.
Esta persona es divina en su interior y perfecta a los ojos de su
Creador.
En un abrir y cerrar de ojos estará del otro lado, desarrollado en lo sagrado, cambiado y separado.
¿Cómo puede existir un cambio tan extremo?
Lo que pasó fue que probó un poquito de lo supremo, ese sabor a pureza y moral, a lo eterno y no lo temporal.
De pronto, la descripción de su mundo interior empieza a cambiar, las atracciones externas pierden valor si no son eternas,
más bien generan que la búsqueda por la interna sea más intensa,
sus emociones empiezan a desanclar de la vida material,
empiezan a volar y estimular la conciencia oculta
que se está por revelar.
De pronto, ser exitoso es ser luminoso, estudioso y misterioso, todo para eliminar el ser orgulloso. Empieza a recordar su enfermedad
y con honestidad y vulnerabilidad, la corrige con integridad.
Estas dos realidades las vivimos todos en cada momento, escojamos la vida y la plenitud interior, porque de una u otra llegará el día de nuestra partida, la salida del mundo físico al mundo místico y ahí no entran ni el consumismo ni
el egoísmo, esas serán enterradas en un abismo.
Lo único que te llevas es a ti mismo.
Escogete!
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